miércoles, 16 de diciembre de 2015

Eva Perón. Alumna de Nervo

Eva Perón en la escritura de Liliana Bellone
Marcia Muriel Manino – Octubre de 2015

Introducción

En la presente monografía se pretende trabajar en torno a una figura muy controvertida en la literatura: Eva Duarte de Perón. Esta mujer, que pasó de actriz a primera dama, inspiró a muchos escritores que inmortalizaron su figura a través de cuentos, novelas, poemas y hasta ensayos que la magnificaron, pero también la denigraron, la parodiaron y criticaron. Luis Borges, Juan Sebreli, Rodolfo Walsh, Luis Viñas, Lamborghini, y otros escritores dedicaron sus producciones a la mujer que marcó la historia política-social y una parte de la literatura de nuestro país.
Las diversas escrituras sobre Eva Perón, según Marcelo Coddou (2007), actualizan el mito que gira en torno a las dos miradas que se tiene de ella: la de los que la veneran y la de los que la demonizan. El mito de Eva también se actualiza cuando se lo relaciona con la lucha política que realizó durante el periodo peronista.
            De tantas historias sobre ella –como las de su funeral, acerca de la desaparición de su cadáver, sobre su vida política, en torno a determinados rasgos de su persona, sus ideas, etc.- la que me interesa rescatar en este trabajo en la de la escritora salteña Liliana Bellone en su libro Eva Perón. Alumna de Nervo. Por lo cual se pretende, en primer lugar, hacer una breve alusión a la figura que se actualiza en algunos otros escritos sobre Eva Perón para, luego, desarrollar algunas claves de lectura en el libro de Bellone que permitan comprender la otra mirada sobre esta mujer controvertida en la historia de nuestro país.

La figura de Eva Perón en la literatura

La ficcionalización del peronismo es una constante en la literatura argentina desde la década de los ´50. Específicamente, la figura de Eva Duarte de Perón fue reescrita por diversas voces que resignifican y actualizan el mito que se formó en torno a su controvertida y contradictoria persona. La apasionada y populista despertó recelos y fidelidades. Fue, y es, adorada como una santa y defendida con fanatismo por sus admiradores. Pero, a su vez, criticada y difamada por sus enemigos. El impacto de su figura alcanzó muchas áreas, incluyendo el de la literatura.
Tomando la palabra de Roland Barthes (1986), la literatura le hace trampas al lenguaje para poder decir más de lo que éste nos permite decir, dándole un plus de sentido al referente que evoca. Las novelas, cuentos, poesía, canciones y películas toman un mismo referente, que es Eva Perón, pero se diferencian en la problematización y resignificación de posiciones ideológicas o simples miradas en torno a lo que significó esa mujer. Es decir que cada autor hace visible determinado ideologema[1] en torno al periodo histórico del peronismo y la fuerte presencia de Eva. Se puede decir que las distintas narraciones sobre Eva Perón son algunas piezas de un imaginario social y colectivo subyacente a lo largo de la historia argentina. Las diversas obras sobre la misma intentaron describir, atacar, criticar, así como enaltecer al peronismo y a Eva, por el carácter controvertido de su figura. 
Santa Evita (1997) de Tomás Eloy Martínez, por ejemplo, actualiza el mito sobre su muerte, específicamente sobre el destino de su cadáver y sobre los militares involucrados. Resulta curioso el hecho de que está compuesta de múltiples versiones sobre ella. Es una imagen distinta a través de la cual logra desmitificar su figura. Santa Evita claramente se adscribe a la novela histórica que se constituyó en los ochenta y donde la ficción y realidad adquieren otra dimensión. Este tipo de escritura, según Eugenia Revuelta (2000) pretende romper con  el discurso oficial en torno a héroes y personajes para posibilitar que el lector acceda al conocimiento de la historia de una manera diferente.
La historia sobre los restos del cuerpo de Eva generó otros escritos, además del de Eloy Martínez. La señora muerta[2] de David Viñas ofrece una versión prostibularia de Evita. La historia transcurre durante el velatorio de la misma, en una larga cola donde una mujer está impaciente mientras un hombre le da charla para establecer una relación con ella. Concluye con una búsqueda desesperada por parte de los dos, en un remís, de un hotel. Dicho cuento generó muchas críticas, según Eduardo Jozami, por parte de los que defendían a Eva.
Borges fue otro escritor que se centró en torno al funeral. En El simulacro[3] (1960), cuenta sobre un hombre que exhibe una muñeca rubia que se para a recibir el pésame por parte de los vecinos que se encuentran entristecidos. Por otro lado, Esa mujer (1964) de Rodolfo Walsh relata la entrevista sostenida por el  narrador y un coronel que tenía a su cargo el cadáver secuestrado de Eva. El entrevistador quiere averiguar dónde están los restos del cuerpo pero no lo consigue. Este último cuento resulta interesante, ya que se alude a la protagonista sin nombrarla: solo se refiere a ella como esa mujer. Eduardo Jozami nos recuerda que fue elegido como el mejor cuento argentino. Con respecto al silencio del nombre de Evita, dice que puede ser una metáfora de la ausencia del mismo cuerpo o un modo de marcar con más énfasis su presencia, puesto que todos sabemos de quien habla.
Ahora bien, la mayoría de los relatos aluden a la muerte de Eva, por todo lo que generó el hecho de la desaparición de su cadáver, también hay relatos que refieren a su persona y sus ideas. La razón de mi vida (1995) es un libro autobiográfico que mandó a escribir Evita y donde se inscriben las representaciones que el peronismo quiso dejar al pueblo. Se muestras la figura de una Evita que aprendió gracias a Perón, el cual es un salvador de ella y del pueblo mismo. Por lo cual se puede ver una identificación de la misma con los desposeídos. Esto último desde un discurso sentimental.
Y ya que se hace referencia a La razón de mi vida, por qué no nombrar a Eva Perón en la hoguera[4] (1972) de Leónidas Lamborghini. Es un poema que reescribe al primero mediante recursos que hacen su escritura un texto violento, complejo que subvierte las reglas tradicionales de sintaxis y del ordenamiento del folletín (las cuales están inscriptas en la autobiografía de Evita). Pero no es el único quiebre que presenta el poema en relación al texto base, también se reconoce una diferenciación entre uno y otro discurso político. En el texto de Lamborghini se refleja el discurso de izquierda en contraposición del conservador en La razón de mi vida. Se exalta la pasión revolucionaria, la autonomía de la imagen política de la misma, la cual no necesita de un hombre para actuar; el amor por Perón no es ya el motor de su vida y sus acciones. Por otro lado se elimina el discurso religioso que en La razón… estaba fuertemente representado.
Ahora bien, son muchos más los escritos sobre ese referente tan polémico. Además la muy breve alusión a estas ficcionalizaciones da mucho que hablar, puesto que cada uno tiene representaciones muy ricas en relación al tema que se está tratando. Pero no es intención en este trabajo detenerse en ellas, sino más bien rescatar y destacar lo que generó la figura de Eva Perón en buena parte de la literatura y cómo su persona se transformó en un mito que se actualiza en torno a diferentes ideologemas.

La figura de Eva Perón en Liliana Bellone

En este trabajo se rescata la representación que hay en Eva Perón. Alumna de Nervo y cómo algunas claves de lecturas permiten reconstruir la mirada que Bellone tiene en relación a Evita. Lo que diferencia a este libro de los variados relatos en torno al mismo referente (Eva Perón) es que se detiene en otros aspectos de la vida de Evita que fueron poco trabajados, esto es su vida antes de su inserción en el peronismo. Además, Liliana Bellone retoma a este personaje histórico para humanizarlo, para mostrarlo desde otra mirada: la de una mujer sensible, enamorada de la acción social, entregada a la labor de los necesitados. Una Eva hija, hermana, esposa, actriz, primera dama y defensora de los derechos de los desposeídos. Pero además, una Eva lectora, amante de la poesía, imagen con la que se desacraliza de algún modo las ideas que la burguesía, y quienes la criticaron, tenían de la vulgar hija bastarda que convivió con Perón antes de casarse y por romper con la imagen de la “dama burguesa”:
“Ahora ella decidía, al demonio con tanta cursilería y noviazgo formal, prejuicios y estupidez de clase media, mujeres previsibles, reprimidas y tontas, agobiadas por el peso del qué dirán…” (Bellone, 2012: 231)
La novela se reconstruye a partir del hilo de varias voces y susurros de la conciencia que hacen de la prosa una poesía: la de la madre, la de su hermano Juancito, de la indígena (cuya voz retoma las creencias de los pueblos originarios y de alguna manera le otorga al relato un poco de realismo mágico), la de Perón (que la llama “chinita”), la misma Evita y, sobre todo, la de Joaquín de Genaro.
Este último es un personaje ficcional que narra la historia y que tuvo una relación con Evita antes que ésta se involucre con Perón. Joaquín queda enamorado en secreto de ella y la persigue, la vigila, la ama desde lejos. Es a través de su voz donde se cuenta sobre la otra Evita, aquella que muchos de los escritores no vieron: la que fue antes de ser primera dama; la actriz, la siempre joven y justa Evita, porque nunca dejó de lado sus ideales y lo su preocupación por los descamisados:
“Le dolía la injusticia en los huesos, en los ojos, en las manos, en las vísceras. Yo sé que era así. El dolor por la miseria es la explicación de su revolución, su revolución, porque fue personal en su manera de hacerlo.” (Bellone, 20012: 101)
En la advertencia al lector se nos presenta a este personaje como alguien a quien la narradora conoció y de quién escuchó parte de la historia que la lleva a escribir el libro. Mediante este juego entre ficción y realidad es que se construye la historia de Eva Perón, que puede ser leído como verdad pero que, en realidad, es parte de la ficción de la narración:
“En varios de nuestros encuentros, De Genaro me sorprendió con una extraña historia acerca de Eva Perón, a quien había conocido, una historia que, hasta hoy, no sé si corresponde a la realidad o fue producto de su afiebrada imaginación…” (Bellone, 2012: 11)
La novela  se reconstruye a través de voces que irrumpen para dejar fluir sus recuerdos, anécdotas y pensamientos. No hay un orden cronológico de los hechos en la trama. Las diferentes voces construyen gran parte de lo que fue su vida en Los Toldos –lugar de origen de Evita-, el momento de su traslado a la capital y cómo, poco a poco y pese a que era una mujer humilde, fue cumpliendo sus sueños de ser actriz: “No, yo quería ser actriz, quiero ser actriz, nadie me va a torcer la vocación”. Pero luego se fue encaminando en torno a sus intereses sociales, hasta llegar a ser la esposa de Juan Domingo Perón. 

Claves de lectura

 Una clave de lectura es una vía que permite acceder a la lectura construyendo su significación. Teniendo en cuenta esto, Rosa María Grillo, en su conferencia sobre “Eva Perón en la literatura argentina”,  propone pensar las siguientes claves de lecturas.
En primer lugar está, como ya se mencionó, el juego ficción-realidad presente en la advertencia al lector, al nombrar a Joaquín de Genaro como un conocido de Eva Perón. Luego, con el transcurso de la lectura, se ve que no solo es un conocido, sino alguien que tuvo una relación intima con la misma y que quedó enamorado por años aunque ella no lo viera:
Un gran dolor atravesaba entonces  el corazón de Joaquín. Cómo había amado ella, hasta dar la vida. Nadie lo amó a él de esa manera. […] Quizá Joaquín sentía celos en esos instantes, pero una idea lo calmaba: al fin y al cabo, quienes más nos han amado y más nos han ayudado, pasan lejos de nosotros, tanto, que a veces no lo advertimos” (Bellone, 2012: 137)
A través de este personaje ficcional se observa una mirada que magnifica a la figura de Eva Perón. Por medio de la mirada del enamorado se ve una joven soñadora que se fue de Los Toldos a Buenos Aires, pero que antes fue una niña que recitaba de memoria los poemas que le daban en la escuela: “Y lee, primero con la vista, luego en voz alta. Lee con brío, con entonación. Es una lectora avanzada a pesar de sus ocho años.” (Bellone, 2012: 128). Esa joven se hace mujer y sueña con ser actriz. Hasta que conoce a Perón y se le va de las manos a Joaquín. De ahí en más solo la contempla de lejos, la ama y recuerda como la que conoció antes. Porque sabe que el convertirse en primera dama no la hace perder sus ideales, su carácter revolucionario que se agrava con el tiempo por su pasión al defender a los descamisados:
Sin embargo, con el correr del tiempo, ella crearía un léxico propio, combativo y revolucionario: oligarquía vendepatria, mediocre, entreguista, egoísta, mezquina bastarda, estéril, explotadora, capitalismo foráneo, oligarquía olor a bosta, servil, y para referirse a los humildes, dirá: trabajadores, obreros, proletarios, descamisados capaces de morir por la causa de Perón, fanáticos peronistas, sectarios, sí señor debemos ser sectarios, sí señor, debemos ser sectarios, pues hay que vencer cien años de oprobio oligárquico, militantes de la causa de Perón, incendiarios, porque hay que extender la llama de la revolución” (Bellone, 2012: 137)
                En segundo lugar, otra clave de lectura puede ser el entramado de ley de nombres y fechas como si todo estuviera ya predeterminado en un mapa numérico de Eva, cuyo número es el 3, y de Perón, predeterminado por el número par 4:
“En Evita rige el número 3 y sus múltiplos, 9 (9 años estuvo en la Buenos Aires hasta conocer a Perón, desde 1934 a 1994, como Beatriz ascendió a los 9 cielos de Dante […] En Perón rige el 8 de su nacimiento en el mes 8 de Roma, que es octubre y primavera en Hemisferio Sur […] 8, doble de cuatro, las fechas más importantes de su vida” (Bellone, 1012: 151)
            Una tercera clave de lectura es,  la búsqueda del padre que nunca la reconoció. Conocida es la anécdota de la visita que realizaron Evita con su familia al velatorio del padre, Juan Darte, y el mal momento que pasaron al ser echadas por la esposa legítima y sus hijas. Se lee, con mucha claridad, la marca que esa experiencia dejó en su vida y cómo, frecuentemente, busca a su padre, lo evoca, lo compara con Perón. De hecho lo encuentra en él, que tiene el mismo nombre que su padre y representa lo que nunca pudo tener:
“Jamás pudo dilucidar Perón esas palabras misteriosas y últimas de su compañera. Tal vez eran la clave. Niña al fin, se había aferrado a sus manos fuertes, lo había llamado o, quizá, lo había confundido en medio del sopor de las drogas y el delirio. Quizá era un llamado hacia una región ignota, hacia una ribera donde miles de voces repetían como un zumbido: padre, padre” (Bellone, 2012: 247)
            Se lee un contraste entre Joaquín y Perón: el primero es un hombre frágil y sensible, un poeta enamorado; al contrario de Perón, hombre fuerte en quien Evita puede encontrar al padre, es decir seguro y protección. La diferencia entre ambos parece ser la razón por la cual ella no puede enamorarse de Joaquín, su necesidad de encontrar a ese padre que la rechazó y al cual necesitó siempre es lo que la acercan a Perón, además del amor y las razones políticas que los unía. Por qué no pensar ese encuentro deseado con su padre que se hace posible con Perón como un logro que al fin la legitima y, además, magnifica a la hija que fue humillada junto  a su familia. Eva, en el encuentro con su amado, toma ese lugar que le fue negado en la infancia y que tanto dolor le causó.
            Otra clave de lectura está en la construcción de la historia donde aparecen causes de la poesía en la que aparece el decir de otros poetas o escritores, tales como Marechal, Lugones, Borges, Storni, Cotta, Roldan, Estrada, Spano, Dante Alighieri y sobre todo Amado Nervo. Estos y otros escritores que se mencionan recogen también los contenidos culturales latinoamericanos y parte de los programas escolares que en esa época se impartían en las escuelas argentinas. Resulta interesante rescatar, aparte, que se lee una crítica a la educación argentina de los 80 y en la misma se hace visible los proyectos de educación del peronismo:
La educación liberal y burguesa del Proyecto del 80 había formado esto: la Argentina. Así era el panorama: Colegios Nacionales pensados por Avellaneda y Mitre, Escuelas Normales sarmientinas, el puerto y el trigo, las estancias y Buenos Aires vueltos hacia Europa. País burgués, pensó Joaquín, y qué burguesía, obcecada, intransigente, fanática, estúpida. El país burgués dirigido por terratenientes apáticos y avaros, intelectuales euripeizante (nadie se salva) que desdeñaban lo latinoamericano, indígena y popular. […] Evita y el Che son un ejemplo. La revolución es la superación de la educación sarmientina. El clero y las fuerzas más reaccionarias lo sabían, por eso se opusieron a la educación nacional, laica y popular y crearon en las provincias contrapesos de este proyecto” (Bellone, 2012: 127)
            En la cita no sólo se lee la mirada acerca de la educación, hay una comparación entre Evita y Che Guevara. Los dos revolucionarios. Hay una imbricación del peronismo con el discurso de izquierda también, lo cual se ve presente a lo largo de la lectura al hacer referencia constante de la ideas y diacursos de Eva.
            Volviendo al cauce de poesías que se manifiestan en Eva Perón. Alumna de Nervo, como clave de lectura, en primer lugar,  cabe hacer alusión a la estructura de la narración. Esta prosa poética está ordenada como un soneto, cada capítulo es el comienzo de un cuarteto o un terceto, en total son dos del primero y dos del segundo. En segundo lugar, el soneto a Evita tiene como protagonista a un poeta modernista, su poeta favorito, a quien recitaba de memoria y de quien fue alumna, como bien indica el mismo título: Amado Nervo.
“Tu voz repitiendo los versos, ahora seguís repitiendo, repetiste toda tu vida los versos de Amado Nervo…, sos su mejor alumna […] Después declamaste en Plaza de Mayo mejor que todos los oradores de este país, porque sabías a Nervo de memoria y también a Blanco Belmonte, Martí, Darío, Asunción Silva…” (Belmonte, 2012: 56)
De sus poemas hay uno cuyo fragmento  se repite  constantemente a lo largo del relato: “…ya por siempre exceptuada de la vejez odiada”, fragmento que se encuentra en el poema ¡Qué bien están los muertos! Allí, Amado Nervo expresa su miedo al paso del tiempo y se adelanta, de alguna forma, al dolor de Evita. 
            Ramón Xirau, se refiere a este poeta como el cantor de la muerte, Nervo, dice, afirma con argumentos sentimentales que a medida que envejecemos y decae nuestro cuerpo, sentimos más la permanencia del alma. Para el poeta, que es considerado triste  y melancólico, morir es vivir. Esto es porque la vida es irreal y solamente es real el espíritu. Evita, desde la figura de Bellone, gracias a la muerte vive en la memoria de todos. Su figura permanece porque su alma está con el pueblo. Aunque su cuerpo no envejeció su muerte temprana despertó dolor y la inmortalizó, la mantuvo y la mantiene viva. En ¡Qué bien están los muertos! se expresa claramente esto: Evita no envejece, está exceptuada de la vejez.
            Como bien indica Grillo, las lecturas de Evita se conectan muy bien con todo lo que hizo Eva, pero no solo las relacionadas con Amado Nervo; podría pensarse también en la Antígona Vélez de Marechal o la Beatriz de Dante, por ejemplo. Es decir que se lee con claridad la influencia que la literatura tuvo en la vida de Evita, cómo su bagaje literario la constituyeron.
           
Conclusión
            Es justamente la representación de Eva Perón como lectora, como niña, actriz y mujer con sueños e ideales la que se rescata de la escritura de Bellone. La Evita lectora no lo es solo de aquellos libros que constituyeron su formación política, también lo es de literatura. Es una Evita que también soñaba y sentía lo que solo la literatura produce: pensar en mundos posibles y en las múltiples posibilidades que la vida ofrece. Parte de su vida fue lucha por cambiar la realidad del país. No era imposible para ella enfrentar a la oligarquía tan arraigada en el gobierno, así como no fue imposible ser legitimada y aceptada, pasar de ser una chica de pueblo común a primera dama. Esa Evita también era sensible, también amaba y sentía dolor; se preocupaba por su pueblo porque se sentía identificada con el mismo, porque no olvidó que antes de ser esposa del presidente, fue una chica joven que sintió necesidades.
            La actualización de su figura mítica desde la mirada femenina le da un toque diferente que nos acerca a su intimidad y a sus sentimientos más profundos. Ya no es solo un cuerpo inerte que fue secuestrado o una prostituta, una santa o solo una revolucionaria política. Es una niña de pueblo que amaba recitar poesía, una niña de Los Toldos que ponía la mesa con sus hermanas para los pensionarios que iban a su hogar, una joven que sueña con ser actriz y se va a la ciudad donde cumple dicho sueño. Que también sufre el frio y la humedad de pensiones baratas de Buenos Aires y el simple vivir en lo justo.  Una joven que se hace mujer y por su firmeza y seguridad llega lejos sin alejarse de sus ideales que tanto marco la historia argentina, sin olvidarse que ella odia la injusticia por parte de los poderosos. Esa mujer se hace primera dama y pone como primer objetivo luchar por el pueblo. Estando en el poder no se olvida de quien es, ama, sufre física y espiritualmente. Tiene debilidades, como su enfermedad, como el dolor del abandono de su padre. En síntesis, esta Evita es una mujer de carne y hueso, con cuerpo y espíritu. Pero sobre todo, con espíritu. Uno capaz de burlar la misma muerte y quedarse para siempre en la memoria de muchos y que logra ser inmortalizada por medio del arte de la literatura. Esta es la Evita que nos presenta Liliana Bellone.


Bibliografía teórica:
·         Bajtin, M. (2005) La estética de la creación verbal. Buenos Aires: Siglo XXI
·         Barthes, R. (1986) “Lección inaugural de la cátedra de semiología literaria del collége de France” en El placer del texto. México: Siglo XXI
·         Cóccaro Victoria. “La razón de mi vida y Eva Perón en la hoguera: entre el relato y la voz”
·         Coddou Marcelo (2007) “Santa Evita. Historia, ficción y mito. Una narrativa a partir del otro lado” en Acta literaria N° 35
·         Jozami, Eduardo (2012) “Política y literatura/ Eva Perón y la literatura argentina. Los años 60.
·         Revueltas, Eugenia (2000) “Las relaciones entre historia y literatura: una galaxia interminable” en El historiador frente a la historia. Historia y literatura, instituto de investigación histórica, UNAM. México, p. 151-166
·         Xirau, Ramón (1978) Entre la poesía y el conocimiento. México
Bibliografía literaria:
·         Bellone Liliana (2012) Eva Perón. Alumna de Nervo, Argentina: Milor
·         Borges, Luis (1960) “El simulacro” en El hacedor.
·         Lamborghini, Leónidas (1972) “Eva Perón en la hoguera” en Partitas.
·         Martínez, Tomás Eloy (1997) Santa Evita.
·         Nervo, Amado “¡Qué bien están los muertos”
·         Viñas, David (1963) “La señora muerta” en Las malas costumbres.
·         Walsh, Rodolfo (1964) “Esa mujer”.





[1] Un ideologema, según Bajtin (2005), es una representación social que tiene un sujeto de una determinada práctica o momento.
[2] Incluido en Las malas costumbres.
[3] Incluido en el libro de ensayos El hacedor.
[4] Incluido en Partitas.


lunes, 23 de noviembre de 2015

Poética de lo sagrado

Presentación de
Poética de lo sagrado de Adolfo Colombres
Museo de Bellas Artes de Salta
13 de noviembre de 2015.-


Entren conmigo a lo hondo de la noche, a su arena más negra,
y tráiganme a la tierra de la mano, ya ciego, tiznado de infinito.
Manuel J. Castilla
                El propósito del autor sobre este libro está enunciado claramente en la Introducción:
Este libro, escrito desde la perspectiva de la evolución de la especie humana, se propone ahondar en los factores que intervienen en los procesos de significación de la realidad, a fin de contrarrestar el vertiginoso ascenso de la insignificancia que se observa a nivel universal, al que Lipovetsky y otros autores califican “la era del vacío”. En otra obra, refiriéndome a la pérdida gradual del lenguaje y la globalización de la sociedad de consumo, hablé de una mutación antropológica, en la que el Homo sapiens estaría siendo desplazado por lo que bien podría llamarse Homo consumens.
de modo que se presenta como un estudio, sin embargo hay un propósito más profundo que lo guía, resultado de una vida dedicada a la lectura y a la escritura, tendientes a que mejoremos nuestra comprensión y nuestras relaciones.
Estamos en un tiempo en el que el mundo se encuentra dividido y enfrentado por distintos motivos, uno de ellos es el de las diversas religiones. Lo peor es que cada una de ellas parte de una profecía del amor y la comprensión del otro.
                Los enfrentamientos surgen de odios que –resulta redundante decirlo- son irracionales; motivo por el que muchos que anteponen la razón, condenan a las religiones como resabios de un pensamiento mítico que debe ser desterrado.
                El interrogante que nos surge es ¿cómo, ante los logros positivos de la racionalidad científica, es que tantos aún sustentan el intangible espiritualismo y alientan tantas religiones? Y no me refiero sólo a las mayoritarias, porque ellas a su vez se han fragmentado en muchas variedades y se han fusionados con otras para dar lugar a nuevos cultos.
                A pesar de las sucesivas diásporas del pueblo judío que los ha esparcido por todo el mundo, de la labor evangélica del cristianismo –en sus distintas versiones- el Islam y el Budismo que se difundieron a desmedro de las religiones locales, ya sea por coerción o por seducción, ningún culto tiene la supremacía absoluta en el mundo ni ha logrado doblegar prácticas religiosas ancestrales.
                Muchos menos ha conseguido la evangelización atea –aunque sea un oxímoron no encuentro mejor modo de expresarlo- que se propuso sustituir los cultos trascendentales por otros inmanentes, ya sea bajo el nombre de Razón,  Revolución, Estado, Capital o Ciencia.
                Sucede que hay una dimensión de la existencia que es exclusivamente humana, es la dimensión de lo sagrado.

                El trabajo de Adolfo Colombres –más intenso que extenso- pues en menos de ciento cincuenta páginas revisa las distintas formas de comprensión, vivencia y expresión de lo sagrado en la humanidad, diferenciando las formas de culto de las religiones para rescatar la importancia del rito y del mito como medios por los cuales los humanos ejercemos la espiritualidad, aun cuando ello no implique necesariamente un culto específico o la creencia en un trasmundo.
                Por nuestra ubicación en este margen del mundo occidental y cristiano, nos acercamos a la lectura de este libro con un conocimiento previo –o más bien un prejuicio- sobre lo que significan “religión”, “espíritu”, “voz”, “palabra”, “tierra”, “fuego”, “agua”, “aire”; por lo que el autor nos lleva desde nuestra comprensión a un conocimiento más amplio, a partir de la comparación entre fenómenos similares en culturas muy separadas por el tiempo y el espacio, pero unidas por la dimensión humana.

                Mis palabras pretenden ser una invitación a leer el libro Poética de lo sagrado que, a su vez, es una invitación al conocimiento para lograr una mejor comprensión entre los miembros de la misma especie –la nuestra- con las otras y con el universo que habitamos.

                Parafraseando a Carl Sagan –uno de los ateos más respetables de nuestro tiempo- somos materia de estrellas que ha desarrollado ojos para ver el cielo y ha cobrado conciencia para ver el universo y comprenderlo, ya que al fin de nuestros días volveremos a él, para ser nuevamente materia de estrellas. Expresión en la que cifra su experiencia sagrada, entre la pequeñez del individuo y la infinitud del universo y nos pone ante la necesidad de replantearnos nuestras escalas de valores.
                De un modo análogo, el libro de Adolfo Colombres, subtitulado humildemente “Una introducción a la antropología simbólica”, es una respuesta a la crisis de valores de nuestro tiempo, es un apuesta a nuestra racionalidad y a nuestra espiritualidad más profundas, para que salgamos de la “era del vacío”, alimentada por el consumismo y el hedonismo que nos bombardea cotidianamente sin medir que lo que hacemos o dejamos de hacer compromete a nuestro mundo y al que legaremos a las generaciones venideras.

                Como decía el principio, después de leer este libro uno siente que ha asistido a una “iluminación”, a una afirmación no sólo de conocimiento sino de un gesto ético que nos compromete en la tarea de hacernos más humanos, por lo tanto más tolerantes, más comprensivos y más integrados al mundo y a lo sagrado, no como experiencias segregadas y mucho menos separadas en casilleros estancos, sino como integrantes de la complejidad que representa ser humano.


TERESA LEONARDI HERRÁN

MORADAS DE VIDA”
POESÍA DE
TERESA LEONARDI HERRÁN

María Agustina Tabarcachi
INTRODUCCIÓN

Teresa Leonardi Herrán es una poeta salteña, profesora de Filosofía. Nació en 1938 e integró la comisión de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y tuvo una amplia militancia en la izquierda local. Es una persona comprometida con las problemáticas sociales y participó activamente en la vida política y en las luchas gremiales.
Su obra poética ha sido galardonada con diferentes premios y menciones. Ha sido incluida en varias antologías, entre las cuales  figuran Poesia del noroeste argentino siglo XX, de Santiago Sylvester; 200 años de poesía argentina, de Monteleone; y Poesia social y revolucionaria del siglo XX, compilada por Jorge Brega. Coordina desde 1995 talleres de poesía y escritura creativa. Publicó trabajos de crítica literaria en periódicos y revistas especializadas.
La poesía de Teresa Leonardi Herrán abarca muchos tópicos como la recurrencia a la memoria mítica, alusiones a filósofos clásicos, poesía europea, la tradición cristiana, entre otros. En este trabajo se plantea recorrer el tema de la muerte en la poesía de la autora mencionada. Al ser un tema muy abarcativo y de una multiplicidad de perspectivas se desarrollarán algunos tópicos seleccionados dentro de la misma.
El objetivo de este trabajo es ampliar la mirada que se tiene sobre la poeta salteña, acentuando su vida de lucha ligada a un concepto del recuerdo y a los diferentes puntos de percepción sobre su poética. Mediante la descripción se quiere dejar entrever el tópico de que hay vida en y después de la muerte. En uno de los poemas de Teresa Leonardi Herrán el yo lírico femenino expone el hecho de ser morada de vida y de infinito, tomamos esta metáfora para iniciar ya que todos somos, contradictoriamente, hermanos de la muerte a la vez que infinitos.

GENERACIÓN DEL 60' – MUJERES EN LA LITERATURA

Los azares de las diversas crisis políticas y económico-sociales por las que atravesó Argentina en la década del 50', así como también los cambios que naturalmente se produjeron en la sociedad tanto a nivel mundial como local, se reflejaron, más de una vez, en planteos acerca de las repercusiones de tales situaciones en la organización familiar, en la vida matrimonial de las familias argentinas, en el desarrollo de los hijos y de la mujer y en proyectos divorcistas sin consecuencias efectivas. Por otro lado, alguna legislación de los años 60 corrigió situaciones de menoscabo para la mujer; otra significó un retroceso en orden a su consideración como sujeto social de pleno derecho.
En la literatura del interior de esta década, en un principio, en apoyo al proyecto de revalorización del interior, las mujeres escritoras pintaron una Salta idílica, solo para luego contribuir a fundar el discurso de la placidez provinciana, un discurso de la diferencia en un país convulsionado por huelgas obreras y acciones militares. Dicho discurso no ingresó al canon nacional, en este punto se marca la diferencia entre la escritura de varones (reconocida) / escritura de mujeres (olvidada).
Pero luego aparece en la literatura la imagen de la ciudad desestructurada y caótica de la modernidad tardía. En la poesía se rompe con las reglas de puntuación, empieza a utilizarse las mayúsculas y puntos auxiliares para representar el caos. Pero ni estas transformaciones de la lírica (el paso de la ciudad idealizada a la ciudad polifónica), ni su puesta al día con las corrientes escriturarias más recientes, han provocado modificaciones en lo que hace al ingreso al canon nacional.
Elisa Moyano en La literatura de Salta: espacio de reconocimiento y formas del olvido, plantea el lugar de la mujer en la sociedad, en una mirada retrospectiva nos dice que en la teoría social moderna se disocia al varón de la mujer. Al primero se le atribuyó la razón y a la segunda, el sentimiento y la pertenencia al mundo de la cultura y de la naturaleza, también se le atribuye al hombre un lugar de poder mientras que a la mujer “el no todo”, cuyo goce “está de más”. En síntesis, la historia ha hecho de la mujer un sujeto invisible.
La teoría social contemporánea hizo un esfuerzo por revertir esta situación y plantea la idea de que las mujeres no son por naturaleza pasivas y vulnerables sino por un proceso individual y social de adquisición del género. Pero ¿este nuevo paradigma tiene influencia en la práctica? La respuesta es positiva ya que este nuevo lugar de la mujer hizo posible la recuperación de su escritura, es decir que se permitió  que se revisaran los contenidos del canon literario y se cuestionara la ausencia de nombres de mujeres.
Desde el primer gobierno peronista en la década del 50' la mujer es considerada ciudadana con posibilidad de voto y la escritura de mujeres en general comienza a alejarse del discurso patriarcal para abarcar más temas. Ya en los setenta el feminismo tuvo en Salta militantes como Teresa Leonardi Herrán que comenzaron a enfrentar desde la escritura las diversas formas de dominación. Esta autora escribió durante la década de la dictadura militar, pero fue publicada en los 80'.
La poesía de Teresa Leonardi Herrán es un testimonio evidente de la fluctuación en el campo cultural del microsistema de voces de mujeres a partir de la segunda mitad del siglo. El discurso poético abandona el pasado armónico y se enfrenta al hábito estructurado por una sociedad conservadora y estática que manejó e impuso sus propias prácticas. Sin embargo, la escritora, deja rastros de una marcada sensación de pérdida, producida por la constante melancolía con que recuerda los seres y las cosas a las que estuvo sentimentalmente adherida.

EL TEMA DE LA MUERTE EN EL VERSO LIBRE

A lo largo del tiempo se pensó la muerte de diferentes maneras, ya sea como el fin de la vida, como el paso a una mejor o como la reencarnación. Estos temas recurrentes se manifiestan de diversas maneras en el mundo del arte, como por ejemplo, en la poesía donde cada autor la revela de distintas formas. Es por eso que tomaremos a la muerte como eje central en poemas de Teresa Leonardi Herrán.
Silvia Barei (2005) plantea la ruptura de lo cotidiano como una instancia que nos lleva a percibir la subjetividad de un modo diferente. Como una experiencia sensible en la que el mundo se habita de otra forma. Los temas que se presentan como sucesos extra-ordinarios son: la muerte, el viaje y el amor. Por lo tanto se tomará como base la ruptura de la cotidianeidad y en ella el tópico de la muerte, puesto que es un tema que nos lleva a la reflexión sobre la finitud de la vida, además porque abre muchas puertas de análisis, estudios e interpretaciones.
Para iniciar con el análisis es propio empezar con la denominación del verso libre (que es al que responde la poesía de Teresa Leonardi Herrán). Denise Levertov, la poeta inglesa, define al verso libre como el mecanismo que revela el proceso de pensar/sentir, sentir/pensar, eso implica para dicha autora que el impulso del siglo XX de alejarse de las formas prescritas se debe a un interés creciente en la experiencia del viaje y no solo del destino. En la ruptura del verso no es el contenido lo que está en cuestión sino la estructura. Es decir que la poesía contemporánea explora lo humano desde “otras formas del decir” y que esta construcción tiene un valor como testimonio y como experiencia estética. Leonardi Herrán utiliza la ruptura del verso como una herramienta en su poesía.
Ahora bien, los poemas seleccionados responden a ciertas características que también están relacionadas con momentos históricos ya que la poesía, como dijimos en el párrafo anterior, responde como testimonio de la humanidad. Es por esto que se subdividirán temas para abarcar más la mirada en los poemas.

UN POSIBLE ANÁLISIS DE POEMAS EN CATEGORÍAS

a) La dictadura militar argentina: Palomitas

Entre los poemas escritos por Teresa Leonardi Herrán se encuentran los que están atravesados por un momento histórico que sucedió en Argentina, la  última dictadura militar. Los estudios que se centraron en la representación de la masacre y la memoria de las víctimas de esta última dictadura, pocas veces atendieron a las circunstancias específicas de las provincias del interior del país. Entre estos atentados se encuentra el caso de Palomitas sobre el cual la poeta escribió.
El 6 de Julio de 1976, once detenidos del penal de Villas Las Rosas en la ciudad de Salta son extraídos de sus celdas y colocados en una camioneta del ejército, bajo las órdenes de un traslado. Fueron seleccionados y llevados once detenidos: Evangelina Botta, Georgina Droz, Pablo Outes, José Povolo, Rodolfo Usinger, Roberto Oglietti, María del Carmen Alonso, Alberto Savransky, Celia Leonard de Ávila, Benjamín Ávila y María Amarú Luque de Usinger. A casi 80 kilómetros de la ciudad de Salta, en la localidad de Palomitas, se les ordena descender y allí son fusilados. Este hecho es recordado como “la masacre de Palomitas”, la matanza más grande de civiles en la provincia de Salta.
El primer libro de Teresa Leonardi Herrán titulado Incesante memoria fue publicado en 1984, en él figuran tres poemas vinculados a dicha matanza: “Masacre de Palomitas” (1), “Masacre de Palomitas II” y “Georgina Droz” (2), este último centrado en una de las víctimas de la masacre. Si bien los poemas fueron publicados luego del retorno de la democracia, es conveniente destacar que circulaban en forma de pequeñas plaquetas y fotocopias durante los últimos años de la dictadura.
En el primer poema, se observan los mismos tópicos que se repetirán en las formas de representar la masacre de Palomitas. Este poema  es un acopio de representaciones sobre la masacre en donde se pueden destacar tres metáforas centrales: la de la cacería, el infierno y el martirio. Estos tres elementos están presentes en el poema en la idea del lobo que va detrás de una presa, la mención directa del infierno y por último, la figura de los niños cantando hacia el final de los versos. También notamos un dolor y deber de la memoria en la insistencia de los nombres propios, se afirman las biografías de los masacrados y se señala el espacio donde sucedió la masacre.
Otro elemento es el de la mirada esperanzadora, la de la lucha que se contrapone a la muerte. El poema refiere a las víctimas como artífices de un futuro mejor, esta idea luego será reformulada como una sobrevida de la militancia.
Por otro lado, en el poema “Georgina Droz” se  planteará la misma idea, la de la esperanza en la muerte. En este poema el yo-lírico en tercera persona habla sobre Georgina como alguien que murió muchas veces. Estas muchas muertes representan el espíritu luchador de Georgina, la masacrada, “desde allí volverás oh dulce comunera / cuando la estrella que sembraste /ilumine de nuevo este sur de tinieblas y de llanto”. Se entrevé el deseo por parte del yo-lírico del recuerdo, de la permanencia, el cuerpo de Georgina ya no está pero su espíritu de lucha permanecerá.
Asi, Incesante memoria, el título del libro al que pertenecen los poemas analizados, nos adelanta lo que nos encontraremos en dicha selección. Marta Ofelia Ibañez dice sobre este titulo que “memoria”, en la poesia de Teresa Leonardi Herrán, presupone lo estático ya que tiene el carácter residual de acciones o de experiencias pasadas, mientras que el adjetivo “incesante” brinda un carácter activo, de movimiento que proyecta al futuro tal como lo podemos observar en los poemas. La permanencia de un recuerdo que no frena, que continua y pone en juego una serie de cuestiones.
La masacre de Palomitas muestra algunas de las particularidades a la hora de mencionar la matanza y una interacción entre los discursos artísticos, los testimonios y lugares de memoria de las víctimas. Desde los poemas de Teresa Leonardi Herrán hasta la construcción de una puerta en homenaje a las víctimas, observamos la continuidad de un tema de gran sensibilidad para sus actores. La delicadeza de la masacre, a nivel metodológico, viene a expandir una contradicción que ya se encuentra en todo ser humano. El dolor, para los actores, construye una frontera de lo decible que, a la vez, obliga al recuerdo, que es una forma de vida.

b) La figura de la madre

Los lexemas “matriz”, “útero”, “seno” aparecen constantemente en la poesía de Teresa Leonardi Herrán, expresan el amor materno, el amor carnal. Para ella “matriz” es origen pero también antídoto de desmemoria, aquí vemos la contraposición de vida y muerte.
Amelia Royo dice: “En el testimonio poético de Teresa Herrán la madre corporiza el dolor de la víctima y ahí radica la convergencia de imágenes: 'Matriz deshabitada, dulce nido de carne'. (Madre en Diario intermitente) Otras veces es el horror de la guerra el que provoca el apóstrofe: “que se muestren los hongos que sembraron en la matriz del aire” (Perservad los vestigios). La imagen del hongo apocalíptico de la destrucción atómica es, de pronto, la amenaza mayor cuyo germen es cada violencia, cada muerte inocente o desprevenida” (Royo, 1987: 158).
Es decir que la imagen de la madre (en la poesía de Leonardi Herrán) simboliza, por un lado, el temor por la desaparición del cosmos, el genocidio, el miedo por la agonía desde su estado de mujer, desde la condición de dadora de vida.
En “Tu corazón es tierra sin olvido” (3) vemos que el yo-lírico habla de la madre desde una posición de agente de creación, es la contraposición de todo lo anterior y también encontramos esta figura en otros poemas de la misma autora, la idea de la permanencia. En la mujer-madre todo es eterno, “tierra sin olvido”, ella es el lugar seguro para crecer “en vos todo persiste”, es la salvación y el refugio. Esta imagen de madre esperanzadora también la encontramos en los poemas dedicados a las madres y abuelas Plaza de Mayo: “Gitanas de negro” y “Madre” en Incesante memoria.
Zulma Palermo (2012) dice que la matricalidad adopta en todo el poemario una inflexión casi imperativa apelando al no-olvido, que es esa otra forma de muerte. Es decir, que al persistir del olvido, también se persiste de la muerte.

c) Permanencia más allá de la muerte

En las antologías de Teresa Leonardi Herrán nos encontramos con una poética y una retórica del amor/dolor dicho con muchos nombres: deseo, duda, esperanza, desencuentro, lucha, entrega, plenitud y también vacio. En todos ellos hay un deseo de persistir (el cual hemos marcados en todos los anteriores poemas), es como si no se pudiera zafar de la muerte, pero aun así hay una luz que sobrepasa a esta última.
Zulma Palermo compara la poesía de Herrán con un telar que se modela, en donde la presencia de la esperanza está cavada en la propiedad de una memoria que no es solamente la del género, pero que se tensiona con aliento femenino en el deseo colectivo. El hecho de que el yo-lírico en los poemas sea femenino o remita a un personaje femenino no es una elección al azar: “el cuerpo-hembra necesita parir la esperanza”.
En poemas como “adviento” (4) y “ronda a la vieja mendiga” (5) aparece explicito el deseo de la permanencia más allá de la muerte como otra forma de lucha. En el primer poema el yo-lírico refiere a la muerte como “hermana” y le hace una advertencia:mi corazón es un fruto cerrado / donde no cabe tu mano”, es decir que la muerte llegará para todos pero no para el sujeto-lírico femenino. La idea de la trascendencia se ve reflejado en el último verso: “Morada soy de vida y de infinito”, ser morada de vida, estar muerta pero estar llena de vida, una metáfora ligada a lo infinito que tomamos como título de este trabajo.
En “Ronda con la vieja mendiga” aparece la imagen de la vieja que renace como infanta, es decir de la mujer que vuelve a ser niña para vivir otra vez y de nuevo dirigirse al “hermano calavera”. La muerte está naturalizada, pero lo que se destaca en ambas poesías es el anhelo y el logro de permanecer.

En esta escritora la poesía se convierte en búsqueda de una utopía como consecuencia de las adversidades y de las injusticias de la realidad social. Si la utopía como visión del futuro apunta a un mundo de posibilidades, la poesía se reconcilia con la esperanza, con el porvenir no tan inalcanzable. Marta Ibañez dice que existe un juego entre permanencia-destrucción, voz humana-escritura, si la escritura puede desaparecer la voz poética proclama la posibilidad de persistencia y de continuidad de la palabra.
Es por ello que la ruptura con la normalidad propone un modo de percepción y de conocimiento de la realidad diferente al habitual. La poesía deja entrever el compromiso de la literatura con lo social, así como la concepción sobre la función de la práctica literaria que se entrama en la lírica de Teresa Leonardi Herrán es una continuidad de su militancia de la vida pública, de esa dimensión simbólica cargada de revolución. A esta vista como transformación, como una constante contraposición entre el pasado mutilado, el presente de la enunciación poética y la proyección futura que está afiliado a lo social.

CONCLUSIÓN

En este trabajo se trató de hacer un seguimiento del tema de la muerte y su contraposición (la vida, la esperanza, la lucha) en distintos poemas de Teresa Leonardi Herrán, aludiendo a momentos históricos y a ese enfrentamiento incesante entre lo íntimo y lo colectivo, el ayer y el mañana. Para esta autora la sociedad, la gente, su pueblo está en primer lugar por sobre su literatura, por eso es que su poesía responde a un testimonio de una vida de perseverancia y optimismo.
 El título de este trabajo alude a ello, está en femenino no sólo por la autora en cuestión, sino por los sujetos-líricos en los poemas analizados y también por los textos críticos utilizados, todos escritos por mujeres. Demostrando así que ellas están presentes en la investigación-escritura y que amplían el panorama literario y social.

ANEXO
 (1) Leonardi Herrán, Teresa (2012) “Masacre en Palomitas I” en Poesía reunida. Salta: Secretaría de Cultura de la provincia de Salta; Fondo Editorial.
Brillan con luz distinta en la noche de invierno
los dientes de los lobos que vomitó el infierno
y los rostros de los compañeros que entran en la muerte
Aquí cantó Celia la de los pechos llenos aún de leche
la última canción de cuna para el hijo arrancado de su seno
aquí esparció sus ojos claros Georgina que repartía
su risa y su salario entre los condenados de la tierra
en este campo Pablo con los huesos quebrados
hincó su pobre rodilla para siempre
y las alas de Luis adolescente aquí afirmaron
su odio a las cadenas

(…) De la sangre vertida en Palomitas
nacen soles y banderas fraternas
nacen jóvenes bosques donde la ronda de los niños canta
¿Lobo estás? Y responde la vida con fervor de muchacha
¡Se ha ido para siempre!


(2) Leonardi Herrán, Teresa (2012) “Georgina Droz” en Poesía reunida. Salta: Secretaría de Cultura de la provincia de Salta; Fondo Editorial.

Moriste muchas veces          No sólo en Palomitas
También entre las chapas agujereadas de los ranchos
donde con los villeros compartías tu salario
Moriste coronada de espinas cuando alfabetizabas
sabiendo que el sol de la cartilla
iba llenándose de sombras
Moriste en la mesa de torturas de donde regresaste
golpeada picaneada con los anteojos rojos
ciega
heroica
resistiendo a los barbaros (…)

 (3) Leonardi Herrán, Teresa (2012) “Tu corazón es tierra sin olvido” en Poesía reunida. Salta: Secretaría de Cultura de la provincia de Salta; Fondo Editorial.

Madre tu corazón es tierra sin olvido
Que entre los otros crezca el frio invierno de la desmemoria
En tu alma el rostro amado de aquel hijo
tendrá siempre raíces
De ti nunca se exilia el cuerpo que engendraste

En vos todo persiste
(…) Tu corazón es lámpara vitiva
que se nutre de un óleo inagotable
y que aún lleno de lágrimas vierte su miel
sobre el espejo roto de este suelo

Madre coraje
(…) caracol donde cantan los días del futuro
urna donde se gesta la esperanza del mundo

(4) Leonardi Herrán, Teresa (2012) “Adviento” en Poesía reunida. Salta: Secretaría de Cultura de la provincia de Salta; Fondo Editorial.

Hermana muerte
mi corazón es un fruto cerrado
donde no cabe tu mano
Antaño tu rostro asomaba
-tu rostro siempre era una imagen
de los viejos libros de la infancia-
detrás de las puertas de otoño
donde las penas no eran sino extraños doblones
tributos de una vida sin don

Ahora la melancolía
reposa a la sombra de sus párpados
Por mis venas camina dulce
la voz de mi niño
Morada soy de vida y de infinito.
 (5) Leonardi Herrán, Teresa (2012) “Ronda con la vieja mendiga” en Poesía reunida. Salta: Secretaría de Cultura de la provincia de Salta; Fondo Editorial.

Ella condujo su pudor excesivo
hasta las puertas de la muerte
y deformaba sus pechos que nunca se mostraron
ni brotaron su leche
con la piedra de la noche

Llevaba los párpados cosidos
para no tentar los ojos
que sólo deben mirar al hermano calavera
el de la horrible risa


Enmudecían los árboles
cuando con otros niños la apresaste en una ronda reverencial
y la vieja mendiga
oculta tras su sombrerito de crochet
les decía el asombro del Apocalipsis
e imaginaba su cuerpo viejo
-piel de asno de la virgen prudente-
muriendo y renaciendo como infanta
ella
la deseante del más hermoso amado

BIBLIOGRAFÍA

Textos literarios
· Leonardi Herrán, Teresa (2012) Poesia reunida. Salta: Secretaría de Cultura de la provincia de Salta; Fondo Editorial

Textos críticos

· Barei, Silvia (2005) “Las formas sensibles” y “Mundos habitados I: Formas de la ruptura” en Reversos de la palabra. Poesia y vida cotidiana. Córdoba: Ferreyra editor.
· Ibañez, Marta Ofelia, Poesía y revolución en la lírica de Teresa Leonardi Herrán
· Levertov, Denise  “Dos ensayos sobre el verso libre” Traducción de Patricia Gola. s/f Revista Poesía y Poética. México.
· Moyano, Eliza (coord) (2004) La literatura de Salta: espacios de reconocimiento y formas del olvido, Salta: unas.
· Royo, Amelia. “IV. Teresa Leonardi Herrán, memoria y realidad en su poesía” en Palermo Zulma: La región, el país. Ensayos sobre la poesía salteña actual. Salta: Comisión bicameral Examinadora de Obras de autores salteños.
· Palermo, Zulma, Prólogo en Leonardi Herrán, Teresa (2012) Poesía reunida. Salta: Secretaría de Cultura de la provincia de Salta; Fondo Editorial.

Textos en internet
           “Lugar de memoria de las víctimas, arte y poesía en torno a la masacre de Palomitas”