Para analizar las características del movimiento
ultraísta en la obra de Jorge Luis Borges, Cuadernos de San Martín, se
analizarán tres poemas, “Fundación mítica de Buenos Aires”, “Isidoro Acevedo” y
“La noche que en el sur lo velaron”.
En el primer poema, se observa el propósito de buscar
un origen, un comienzo a esa gran ciudad que es Buenos Aires. De allí que el yo
lírico se pasee por su geografía, cuestión que atraviesa todo el poemario. Así,
se nombran lugares propios de la ciudad como el Riachuelo, el mítico barrio de
la Boca, Palermo y se dejan entrever algunas características típicas de los
barrios porteños, como la presencia del almacenero o una cigarrería mencionadas
en el poema.
Una de las características del Ultraísmo que puede
apreciarse en este poema es el uso de la metáfora en su forma más pura, ya que
el lenguaje del poema es trabajado en base a ese recurso estético. Se observa,
además, un trabajo con el lenguaje despojado de adjetivación inútil y
exacerbada:
Un almacén rosado como revés de naipe
Brilló y en la trastienda conversaron un truco;
El almacén rosado floreció en un compadre,
Ya patrón de la esquina, ya resentido y duro
(1974,81)
En esta estrofa, como a lo largo del poema, se
privilegia el uso constante de la metáfora sobre la adjetivación, al punto que
se puede decir que todo el poema es en sí una metáfora. Pero estas metáforas
tienen como característica particular el ser extrañas, incluso chocantes; es
decir no responden a un pensamiento lógico y están despojadas de todo
sentimentalismo:
A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires;
la juzgo tan eterna como el agua y el aire
(1974,81)
En el segundo poema escogido, Borges hace mención a su
abuelo materno, Isidoro Acevedo y comienza afirmando: “Es verdad que lo ignoro
todo sobre él”, afirmación que será el punto de partida para enfocar la
figura de ese abuelo que se durmió en la
eternidad. En este poema se vuelve a retomar la figura de la patria,
metaforizada como el último sueño que le quitó la vida a Isidoro Acevedo. Si
bien se trata de un familiar cercano, el poema está despojado de toda visión
sentimentalista, poniendo énfasis en la construcción metafórica propia del
Ultraísmo. La rima, por otra parte, es completamente nula y la construcción de los versos no respeta
una lógica unívoca, ya que ninguna de las estrofas posee la misma cantidad de
versos y están construidas de forma diferente:
Entró a saco en sus días
para esa visionaria patriada que necesitaba su fe, no
que una
flaqueza
le impuso;
juntó un ejército de sombras porteñas
para que lo mataran.
(1974, 86)
En esta construcción tipográfica se aprecia una
innovación que de alguna manera pretende mostrar cómo la plástica se fusiona
con la poesía, otra característica propia del Ultraísmo. Esto puede verse en el
tercer poema, “La noche que en el sur lo velaron”. Inclusive aparecen aquí
varias expresiones parentéticas, desde el comienzo del poema:
Por el deceso de alguien
-misterio cuyo vacante nombre poseo y cuya realidad no
abarcamos-
(1974, 88)
(El velorio gasta las caras;
los ojos se están muriendo en lo alto como Jesús)
(1974, 88)
El uso de las metáforas ilógicas pero cargadas de
sentido, demuestra un importante trabajo con el lenguaje y hay también una
fuerte carga de imágenes relacionadas o no con la muerte y la vida. Las
extrañas metáforas abundan en el poema y hay relaciones entre elementos que no
poseen estrictamente una relación lógica:
A su vigilia gravitada en muerte camino
por las calles elementales como recuerdos, por el
tiempo abundante de la noche,
sin más oíble vida
que los vagos hombres de barrio junto al apagado
almacén
y algún silbido solo en el mundo
(1974, 88)
Poblado de imágenes
abigarradas y metáforas llevadas al extremo, estos tres poemas de Borges
muestran una clara predominancia del movimiento ultraísta en su obra. La
temática es variada y la construcción sintáctica no responde a una lógica
estética unívoca. Poco importa la rima y la versificación ya que constantemente
se observa una ruptura de lo lógico y una relación con la pintura y las artes
plásticas. Alejado del sentimentalismo modernista, Borges construye una obra
ultraísta, de ruptura pero cargada de un profundo sentido estético.
José Manuel Díaz Watson
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