sábado, 25 de enero de 2025

En torno al Boom latinoamericano

En torno al Boom latinoamericano Rodríguez, Gisel Analia Introducción La siguiente ponencia surgió como un trabajo ensayístico, propuesto por la cátedra Problemáticas de las Literaturas argentina e hispanoamericana, en torno al suceso literario conocido como el Boom latinoamericano, estudiado en la unidad dos del correspondiente programa 2024 dictado por la cátedra. La literatura latinoamericana, como fenómeno para el mercado editorial, se dio a conocer durante la década de 1960, más específicamente durante lo que se conoce como el Boom. Fueron los escritores, y solo ellos, quienes dictaminaron el rumbo de sus producciones, no había una receta “sobre cómo retratar lo latinoamericano”, ya que, escritores como Julio Cortázar, García Márquez, Carlos Fuentes y Vargas Llosa desarrollaron sus propias formas de abarcar lo latinoamericano, lo propio. Uno de los puntos en común, que unió a los escritores del Boom, fue el presentar un espacio exótico al mundo, una América desconocida para muchos, representada desde su interior mismo y no por una mirada externa. Otro denominador común entre los escritores del Boom fue su formación letrada, la cual evidenciaron al citar a sus precursores. Al dar a conocer a sus maestros, se marcó un hito, sobre cómo (re)leer la literatura, pues como lo menciona Borges “cada escritor crea a sus precursores” (1951:552), así, al establecer puntos de comparación entre textos y escritores es que se construyen genealogías literarias, que visibilizan a autores tal vez no tan difundidos, pero igual de importantes, en tanto se establecen como posibles precursores. Individualmente, los escritores desarrollaron en sus narrativas diversas problemáticas o enfoques, de acuerdo al momento del Boom en el que produjeron; con un precursor como Alejo Carpentier, tenemos una revalorización de lo latinoamericano y, en el caso de García Márquez hay ya una problematización respecto a la forma de plasmar lo latinoamericano. En el caso de Clarice Lispector su figura da lugar a reflexiones sobre la conformación misma del Boom. Los pasos perdidos de Alejo Carpentier La novela Los pasos perdidos fue publicada en 1953, cuando en Cuba comienza el proceso de la Revolución cubana. Alejo Carpentier, quien vivió autoexiliado entre 1945 y 1959, tras un viaje realizado a Venezuela (en 1947), regresa con la idea de escribir una novela sobre “el mundo anterior al hombre” (1953:259), es decir, una novela que se propone crear un imaginario sobre la América “real”, o al menos, desconocida por la mirada europea. La trama de la novela gira en torno al viaje de un hombre, que va en busca de unos instrumentos musicales rudimentarios, a propósito de comprobar viejas hipótesis suyas; el narrador viaja, así, hacia “tierras exóticas”. A medida que el protagonista avanza en la abrumadora naturaleza, se despoja de las concepciones que arrastraba del mundo del hombre moderno. A lo largo de la novela, vemos cómo se desarrolla la categoría que Carpentier denominó como “real maravilloso”; ésta concepción entiende una forma particular de captar lo latinoamericano, como aquello sumamente extraordinario, lo maravilloso como parte de la realidad, como parte de lo cotidiano. Al plantear tal visión del mundo, es decir, una mirada que se sorprende ante hechos que le resultan ajenos, entendemos la forma en que el narrador de la novela ve ese “nuevo mundo”. Lo latinoamericano está allí, en sus costumbres, en los contactos con el mundo hispánico, en la desmesura, pero, sobre todo, como un territorio que debe darse a conocer por lo que es, aunque el mismo narrador cometa la contradicción de (re)nombrarlo todo, desde su visión como hombre moderno. Con Alejo Carpentier y su novela tenemos el precedente de lo que se desarrollará en el Boom, del autor se desprende una conciencia de lo latinoamericano; establece que hay algo a lo que denominar como tal y, que, por lo tanto, debe ser objeto de revaloración y, de reposicionamiento, para que así se le otorgue un estatus dentro de campos como la literatura y la crítica. Lo ajeno en García Márquez En el prólogo a sus 12 cuentos peregrinos, García Márquez menciona que “los recuerdos reales me parecían fantasmas de la memoria, mientras los recuerdos falsos eran tan convincentes que habían suplantado a la realidad” (1992:6), esto, producto de intentar superponer el pasado y el presente, los cuales no se correspondieron, causando el desasosiego de Márquez. Ese sentimiento, junto con muchos otros, marca a los personajes de sus cuentos peregrinos, sujetos que se ven empujados a emprender un viaje hacia el viejo continente, en el cual se encuentran ante situaciones sumamente contradictorias, al menos según su perspectiva. Lo extraño es presentado como común por el narrador y, además, muchas veces se sirve de elementos sobrenaturales y/o fantásticos. En el caso del cuento 17 ingleses envenenados, la narradora se sorprende ante la desenvoltura con que las personas del lugar (Nápoles, Italia) se refieren a la muerte, más específicamente, el cómo no se espantan ante cadáveres flotando en el agua, o dentro del hall de un hotel. En otro cuento, de nombre el rastro de tu sangre en la nieve, los personajes principales son Billy Sánchez y Nena Daconte, un matrimonio colombiano, que para su luna de miel decide realizar un viaje a París; en el camino de su viaje ella se pincha un dedo el cual no deja de sangrar. Inclusive podría decirse que la muerte, es negada o desvalorizada; en el cuento La Santa Margarito Duarte emprende su peregrinaje para canonizar como Santa a su hija fallecida hace años, quien se mantiene sin cambio alguno, incorruptible por el paso del tiempo; en Roma el señor Duarte sigue caminando con su hija a cuestas enseñando su milagro. En estos cuentos, y en los restantes del libro 12 cuentos peregrinos, se trabaja con la inversión, ya que lo extraño y lo otro comprende a Europa y no a Latinoamérica, ello amplia los márgenes delimitados en un primer momento por Carpentier. Si lo real maravilloso fue pensado como una categoría para hablar de lo extraordinario latinoamericano, con el realismo mágico de García Márquez, se problematiza, en tanto se descanoniza la idea de que lo “otro” sea lo latinoamericano y, se plantea que lo otro puede ser lo europeo; invirtiendo el recorrido de América a Europa. Lo extraño, lo maravilloso puede acontecer en muchos espacios, no es algo exclusivo de nuestra América. El caso de Clarice Lispector La escritora brasileña Clarice Lispector contó con un marcado reconocimiento en su país, pero no fue así en el resto del continente. En una entrevista a Edmundo Paz Solán, el entrevistado menciona que debido a “su tono subjetivo y de introspección, que no iba con el tono de la euforia ni de revolución de la época del Boom”, la autora no fue dada a conocer en América Latina. A ello podríamos agregar que su mirada femenina, que retrató a mujeres de clase media acomodada, tampoco iba con el “tono” del movimiento, una narrativa mayoritariamente masculina, que se dedicaba a explorar el mundo, y no la interioridad de sus sujetos. La tardía difusión de Lispector en América Latina, se dio a finales de la década del ´70, lo atrayente de su escritura, comprende su propuesta sobre nuevas formas de entender la escritura literaria, ejes como el instante-ya, las tramas adelgazadas, o el trabajo con la intimidad y el interiorismo de los personajes, son algunos de los aspectos que, caracterizan la escritura de Lispector. Garramuño (2017:7) habla de “un impulso claramente democrático”, puesto que Lispector llega para establecer la propuesta de escrituras, que expandan la literatura y, que la desdoblen y la despliegen transformándola, en algo más exploratorio. Por ejemplo, en el cuento “Amor” la narradora llamada Ana, vive bajo un estado de ansiedad que gira en torno a cierta “hora inestable”; durante el día, desempeña sus labores como madre y ama de casa, hasta que un día ve a un ciego mascar chicle, esto le provoca una crisis, la cual se intensifica al llegar a un jardín, en ese espacio cargado (condensado) de sensaciones e impresiones todo se percibe como refulgente, sombrío y fascinante a la vez, pero solo durante un instante. Al volver de su estado eufórico, Ana lamenta haber experimentado ese momento, no vuelve a ser la misma, ya que sabe que esa sensación sublime no volverá. Podríamos decir que los personajes de Lispector realizan un viaje, como lo hacen los personajes de Márquez o Carpentier, pero la exploración se da hacia el interior de los sujetos y, si bien en muchos de sus cuentos Lispector ahonda en una profunda descripción del espacio, no lo hace de manera que éste sea identificable, como la selva o la llanura de Carpentier, es decir, como imágenes de América Latina, sino como espacios más generales, más abstractos e impersonales. Tal vez, por estas causas, la autora no fue incluida en su momento dentro del Boom. Conclusión. El Boom latinoamericano es un fenómeno exclusivamente de este continente. Con la difusión de los escritores no solo se daban a conocer sus obras y su visión del continente, sino también sus ideas sobre la literatura, sobre lo que debía ser o sobre cómo debía ser (re)pensada. Este movimiento también sirvió para demostrar que siempre habrá exclusiones, el caso de Lispector es uno, y expone una contrariedad dentro del Boom, porque si era un fenómeno en el que sus escritores eran conocidos por no seguir recetas, entonces, ¿qué pasó con autores como Lispector? ¿Por qué en ella se afirma, que su “tono” no era el mismo que el de los demás? Bibliografía • Borges, J. L. (1951) Kafka y sus precursores. • Carpentier, Alejo (1953) los pasos perdidos. • Garramuño, Florencia (2017) Espectros de Clarice Lispector en Revista Iberoamericana, Vol. LXXXIII, Núm. 261, octubre-diciembre, 845-856. • Lispector Clarice (2021) Amor en Cuentos completos. 1ª ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. • Márquez, Gabriel García (1992) Diecisiete ingleses envenenados en Doce cuentos peregrinos • Soldán, Edmundo Paz (2012) Paz-Soldán: “Lispector no iba con el tono de euforia del Boom”. Entrevistado por Karina Sainz Borgo. Vozpópuli. Disponible en: Paz-Soldán: "Lispector no iba con el tono de euforia del Boom" (vozpopuli.com)

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