lunes, 2 de mayo de 2016

Dedicado a Oscar Portela

 A OSCAR PORTELA EN SU MORADA ÚLTIMA
 
                                 Alza la muerte dulcemente las palmeras
                                                                    radiosas de la vida.
                                                                             Oscar Portela.
   
    Amigo que eres árbol, que eres príncipe,
    alma que ahora vives en la sombra
    de una región  desconocida:
    Qué brazo te rodea
    qué lenguaje te alcanza.
 
    Míseros de nosotros
    caídos entre húmedos ramajes
    en busca de  tus huellas, los senderos
    de bosque,
    la palabra  sagrada que   nos legaste.
 
                        Es tanta la oscuridad, la furia, el ruido
                       la astucia cruel de los sagaces
 
    Solo quisiera llegar a vos desde la música
    rodearte
    con un torzal ardiente y un silencio
    de oro.
    derramar un perfume sobre  tu pecho
    para curar tu herida,
    tu soledad de mártir desterrado.
 
                        Perdón por tanta vergüenza y deshonor
                        perdón  por la obscenidad del mundo.
 
    Descansa ahora en la morada de los ángeles
    donde el viento voraz
    ya no sucede.
 
   Graciela Maturo

LAS LETRAS CORRENTINAS PERDIERON UNA GRAN FIGURA

Falleció Oscar Portela, poeta fulgurante y pensador insolente para el sistema

Lo encontraron muerto en su hogar. Será cremado y arrojarán sus cenizas al Paraná. Deja un legado impresionante de obras.
OSCAR PORTELA HABÍA NACIDO EN LORETO.
Loretano de nacimiento, correntino por adopción, agudo observador del mun­do desde la sublime plata­forma de la poesía a la que llegó como el náufrago a un salvavidas para luego nave­gar hacia océanos de ideas que iluminaron su vida y la de tantos más, Oscar Porte­la se fue como había vivido en la soledad de sus crea­ciones, que eran también sus tormentos. Dejó un im­presionante legado literario que el tiempo habrá de po­ner en orden al mérito que le corresponde.
Tenía 74 años y en el últi­mo tiempo se había reclui­do en su hogar. Ayer lo en­contraron muerto. Se cree que el viernes a la tarde su­frió un infarto que le llevó la vida ya que no tenía nadie junto a él para socorrerlo.
La noticia trascendió anoche, al cierre de esta edición, y de acuerdo a los primeros datos que pudo recoger NORTE de Co­rrientes, los restos de Por­tela serán despedidos en una ceremonia privada, no habrá capilla ardiente, lue­go serán cremados y sus cenizas esparcidas en el río Paraná desde la Punta San Sebastián, tal era su deseo.
Poeta, filósofo, periodis­ta, Oscar Portela también se desempeñó como asesor de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Corrien­tes, también en la Cámara de Diputados y fue delegado del Fondo Nacional de las Artes. Fundó revistas, diri­gió suplementos de cultura, fue columnista destacado de diarios locales y nacio­nales, tuvo programas de radio y militó en cuanto es­pacio de pensamiento tuvo a su alcance.
Brilló en el campo de la poesía, su producción no reconoce fronteras por la calidad y sello personal. “Para mí, la poesía es un rito, no meramente verbal, textual, estos son el fuego, el agua y la madera de las que se conforma el signo, el significante: llamado y res­puesta del poema”, escri­bió Portela en ocasión de la presentación de una de sus antologías.
El loretano deja una in­mensa producción, escribió 10 libros, 5 ensayos (mayor­mente de filosofía y sobre Niesche), 6 opúsculos y 18 antologías poéticas, además de una extensa lista de cola­boraciones periodísticas.
La crítica Norma Pérez Martín dijo -en un análisis de su obra- que “el lengua­je barroco, a partir de un deliberado romanticismo, al que Oscar Portela suma herencias surrealistas (como han insistido mu­chos críticos, refiriéndose a sus poemarios) constituye una máscara. Pero, yo diría, una máscara transparente, a partir del espejo que va reflejando poco a poco los enigmas. El poeta lo ha ma­nifestado, señalando su lu­cha con el signo como una celebración ritual que no lo abandona. En el origen, a partir de su infancia, salta hacia el origen total. Auto de fe confirmará esta ob­sesiva constante en su líri­ca. En aquella ocasión, con motivo de la publicación de este poemario, el autor me escribió lo siguiente: “Ha­bía una vez un niño al que castigaron por insistir en ser Niño y que termina pre­guntándose qué significado es ser niño”.
La trayectoria de Oscar Portela tiene doble méri­to. Como dice Madariaga, Corrientes ya le debe mu­cho a Portela “por su cul­tura en acción”: ya que “él puede ser por intermedio de nuestra América, poeta absoluto y absoluto hom­bre público”. En efecto, su canto en acción y su acción como funcionario en el área cultural no resultan incom­patibles: complementan el ser y el existir de este crea­dor. Después de atravesar estremecedoras búsquedas a lo largo de sus libros, Por­tela publica, a fines de 1990, “Golpe de gracia”, en Bue­nos Aires. Poemario órfico: tras el descenso de los in­fiernos, el creador busca la salida trascendiendo. Poe­sía hecha de pensamiento con carnadura existencial, sin confundir los planos, ni las riesgosas instancias poético-filosóficas. Muta­ciones arrebatadas, com­binaciones aprehendidas desde revelaciones ónticas, desde buceos abismales; su poesía es “síntesis de todos los resplandores”.
http://www.nortecorrientes.com/article/23915/fallecio-oscar-portela-poeta-fulgurante-y-pensador-insolente-para-el-sistema

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