Los años 70 en la ficción de la
memoria
José Manuel Díaz
Watson y Rafael Gutiérrez
C.I.U.N.Sa. Nº
2463
literaturaargentinaunsa@gmail.com
Introducción
Nuestra
ponencia se enmarca en el proyecto de investigación de C.I.U.N.Sa. “Cuatro
novelistas argentinos en el último cuarto del siglo XX, programas y polémicas”.
La
novela La astucia de la razón de José Pablo Feinmann fue publicada en 1990
cuando el autor ya tenía una fama bien ganada en dos campos distintos: como
ensayista y crítico de cine y en la novela policial. Desde su título alude a la
etapa de inserción académica del autor y reúne a personajes que ya habían
protagonizado otras novelas del autor, pero esta vez retrotrayéndose a su
momento de formación en la Universidad de Buenos Aires, marcada por los
enfrentamientos políticos y el golpe de estado de la década del 70. De modo que
luego de una década el autor dio a conocer sus angustias que marcaron su
pensamiento y su cuerpo en esa etapa vivida como un exilio interior. Vemos cómo
se reconstruye la memoria del protagonista, para tratar de anular los recuerdos
de ese 24 de marzo. En la trama van emergiendo distintas voces que se confunden
con la “realidad” histórica argentina sin cronos, lo que permite un dialogo
entre Lenin y el peronismo, o entre Mitre y Marx.
Nos proponemos realizar
un análisis discursivo tendiente a relevar el entramado de la corporización de
los conflictos ideológicos y políticos en el alter ego del autor que
protagoniza la novela. Como así también, buscamos indagar las influencias
filosóficas e ideológicas que la estructuran, dándole mayor “corporeidad” al
entramado de la obra.
Nuestra
ponencia trata de una de las principales novelas del filósofo, escritor
ensayista y guionista José Pablo Feinmann “La
astucia de la razón”, publicada en el año 1990, reeditada en 2001. Este
trabajo se enmarca en el proyecto de investigación de C.I.U.N.Sa. “Cuatro novelistas argentinos en el último
cuarto del siglo XX, programas y
polémicas”. En este texto, buscaremos indagar los acontecimientos
que le suceden al personaje principal Pablo Epstein.
El
protagonista de “La astucia de la razón”,
de profesión filósofo como el autor de la novela, sufre una neurosis que lo
lleva a la deconstrucción de su memoria. Al mismo tiempo que su memoria lo
perturba, junto con sus traumas personales que lo envuelven en una tiniebla
neurótica, van surgiendo episodios traumáticos de la historia colectiva de un
país, vivida durante los años 70 y especialmente en el Golpe.
Pablo
Epstein por desgracia o por gracia del destino tiene que ser intervenido
quirúrgicamente y esto es narrado por una voz que parece que repitiera una vez
y otra vez los hechos acontecidos como la conciencia misma del personaje:
“Cuando Pablo Epstein conoció
a Norman Backhauss, el 28 de enero de 1979, habían transcurrido tres años y
cuarenta y siete días de la fecha de su operación, eso que –con alguna
pulcritud- hemos llamado intervención quirúrgica, la intervención quirúrgica
del testículo derecho de Pablo Epstein, acaecida el 12 de noviembre de 1975…” (p.
13).
Este
pequeño acontecimiento trascendental para la masculinidad de una persona adulta
que tiene justamente la edad de Cristo lo llevara a iniciar una prolongada
terapia con un psicoanalista “lacaniano” de dudosa procedencia llamado Norman
Backhauss.
Todos
estos acontecimientos anteceden al Golpe del 76, donde el narrador dirá:
“… para enfrentar o, al
menos, soportar la ferocidad del golpe militar que encabezaba el general Jorge
Rafael Videla, había que tener, decían todos sus amigos, para esto, huevos, es
decir, había que ser más duro y más valiente que nunca,…, ¿y cómo habría de
tener Pablo Epstein más huevos que nunca si su situación era la contraria, si
tenía, precisamente, menos huevos que nunca?” (p.24).
Esta
neurosis del personaje Pablo Epstein lo lleva hasta el punto de razonar
filosóficamente y psicológicamente el plan macabro llevado a cabo por la Junta
Militar:
“…Pensaría Pablo,
desplazándose (…) de la psicología a la política, así, pensaría Pablo, el
general Jorge Rafael Videla era el inconsciente de la conciencia del capitán
Alfredo Astiz, era el inconsciente de la conciencia obediente y debida del
capitán Alfredo Astiz al inconsciente fascista del general Jorge Rafael
Videla…” (p.60).
Es
decir que esta neurosis libresca y sus conocimientos filosóficos y psicológicos
lo llevan a Pablo Epstein a analizar con absoluta realidad los hechos que
acontecieron en Argentina en ese momento particular.
Si
bien el Golpe perturbará aún más la neurosis de Pablo Epstein, cabe aclarar que
su generación fue una generación marcada por el compromiso político y la
solidaridad con los demás. La ideología del protagonista y de sus compañeros de
estudios de la Facultad de Filosofía y de Letras de la Universidad de Buenos
Aires, era netamente de izquierda, salvo uno a quien definen como “peronista”.
En una reunión entre compañeros se abre un abanico de autores y de pensadores
de diversa procedencia, entre ellos nombran a: Socrates, Descartes, Kant,
Hegel, Heidegger, Marx, Engels, Benjamin, Fromm, Althusser y Adorno.
El
Capítulo IV nos produce un llamado de atención, ya que hay una voz que habla de
un “narrador” o de unos “narradores”, y nos deja unas preguntas: ¿Serán estas
intromisiones resultado de la conciencia de Pablo Epstein, perturbada por el
último Golpe del 76?, ¿Será que esa neurosis sintomática le produjo este
devenir incesante de la memoria? ¿Será que Pablo no pudo resistir el Golpe
colectivo?
Focalizando
en el narrador, podemos manifestar que no se sabe claramente quién es, ni si va
a llegar, ni por qué toma notas, ni si es real en el universo de la ficción o
en la mente de Pablo. De esta manera, es posible ver cuando el narrador toma
notas de lo que dice el personaje principal: “… y (continuó, entonces, Pedro Bernstein) la escribió (a esa frase, Marx,
nota del narrador de la narración de la cual forma parte el relato de Pedro Bernstein)
en Bruselas, en 1985…” (p. 38).
No
sabemos a ciencia cierta por qué la narración se expone como si fuera el
devenir de una memoria saturada o que está a punto de explotar. En toda la
novela hay un constante fluir narrativo en el que se intercalan distintas voces
o una voz, como podemos ver, perfectamente en el capítulo IV:
“…los restantes,
escribíamos, personajes, pueden ocupar la centralidad del relato pero nunca el
fundamento de la narración, con lo cual, en rigor, estamos estableciendo que la
narración se arma por la mediación de sus múltiples relatos…” (p.68).
Esto
quiere decir que dentro de la obra hay una conciencia de que alguien está
escribiendo la novela, al mismo tiempo que la vamos leyendo. Esto nos lleva a
pensar que dentro del relato hay un desdoblamiento del narrador, del cual
nosotros, los lectores, somos partícipes durante todo el transcurso de la
novela.
Dando
un paso más allá, y con precaución, nos atreveremos a arriesgar que sabemos en
algún punto del texto quien es el narrador de la novela y por qué esta
narración es como un continuo discurrir de una conciencia traumatizada, o tal
vez golpeada.
Para
empezar a caracterizar este narrador-conciencia, recurriremos a uno de los
conceptos propuestos por María Isabel Filinich en su libro La voz y la mirada, (1997), que amplía las nociones propuestas por
Gerard Genette. La noción que tomaremos será la de perspectiva, en su segunda
acepción:
“… cuestión de la
perspectiva hace referencia a dos acepciones habituales en el uso del término:
por una parte designa el fenómeno físico de restricción de campo visual en la
percepción del espacio, inherente a toda mirada; por otra parte se refiere, en
sentido metafórico, a la toma de posición frente a lo dicho, a las
apreciaciones, evaluaciones y juicios que muestran el lugar donde se ubica el
sujeto de la enunciación. El primero es un fenómeno de percepción, el segundo,
un fenómeno de voz.” (p. 27).
En
este sentido, podemos afirmar que el narrador que se desdobla en algunas partes
de la novela de Feinmann tiene una conciencia histórica e ideológica a través
de las cuales nos permite reconstruir o deconstruir los traumas de la vida de
Pablo Epstein.
Este
narrador, al igual que el personaje principal y los demás personajes, está
imbuido de una carga ideológica que pesa durante toda la historia. En este
pequeño fragmento podemos ver cómo el narrador hace también una valorización
sobre uno de los filósofos más importantes y controvertidos de la historia del
siglo XX, estamos hablando de Heidegger, a quien curiosamente Feinmann le
dedicará unos años más tarde una novela: “…tal
como lo hubiera dicho un filósofo alemán a quien, durante esos años, muchos
veneraban, y de quien, pensaría Pablo Epstein, nunca, nadie, había dicho lo que
siempre había sido, es decir, un nazi, un vasallo filosófico del Führer,…”. (p.
33).
De esta manera, vemos claramente que el narrador, al
omitir de quien habla, está tomando una clara postura ideológica, que puede
coincidir o no con la del personaje principal. El narrador no solo está
atravesado por la conciencia política e histórica de su país, Argentina, sino
también se ve influido por problemas y acontecimientos de orden mundial,
siempre y cuando, al igual que Pablo Epstein, estos temas estén signados por la
filosofía.
BIBLIOGRAFIA
Feinmann, José Pablo
(2001) La astucia de la razón. Buenos
Aires. Grupo Editorial Norma.
Filinich, María Isabel (1997)
La voz y la mirada. Teoría y análisis de la enunciación
literaria. Puebla México. Editorial Plaza y Valdés.
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