miércoles, 12 de junio de 2019

La novela La astucia de la razón de J. P. Feinmann


Los años 70 en la ficción de la memoria
José Manuel Díaz Watson y Rafael Gutiérrez
C.I.U.N.Sa. Nº 2463
literaturaargentinaunsa@gmail.com

Introducción
Nuestra ponencia se enmarca en el proyecto de investigación de C.I.U.N.Sa. “Cuatro novelistas argentinos en el último cuarto del siglo XX, programas y  polémicas”.
La novela La astucia de la razón  de José Pablo Feinmann fue publicada en 1990 cuando el autor ya tenía una fama bien ganada en dos campos distintos: como ensayista y crítico de cine y en la novela policial. Desde su título alude a la etapa de inserción académica del autor y reúne a personajes que ya habían protagonizado otras novelas del autor, pero esta vez retrotrayéndose a su momento de formación en la Universidad de Buenos Aires, marcada por los enfrentamientos políticos y el golpe de estado de la década del 70. De modo que luego de una década el autor dio a conocer sus angustias que marcaron su pensamiento y su cuerpo en esa etapa vivida como un exilio interior. Vemos cómo se reconstruye la memoria del protagonista, para tratar de anular los recuerdos de ese 24 de marzo. En la trama van emergiendo distintas voces que se confunden con la “realidad” histórica argentina sin cronos, lo que permite un dialogo entre Lenin y el peronismo, o entre Mitre y Marx.
Nos proponemos realizar un análisis discursivo tendiente a relevar el entramado de la corporización de los conflictos ideológicos y políticos en el alter ego del autor que protagoniza la novela. Como así también, buscamos indagar las influencias filosóficas e ideológicas que la estructuran, dándole mayor “corporeidad” al entramado de la obra.



Nuestra ponencia trata de una de las principales novelas del filósofo, escritor ensayista y guionista José Pablo Feinmann “La astucia de la razón”, publicada en el año 1990, reeditada en 2001. Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación de C.I.U.N.Sa. “Cuatro novelistas argentinos en el último cuarto del siglo XX, programas y  polémicas”. En este texto, buscaremos indagar los acontecimientos que le suceden al personaje principal Pablo Epstein.


El protagonista de “La astucia de la razón”, de profesión filósofo como el autor de la novela, sufre una neurosis que lo lleva a la deconstrucción de su memoria. Al mismo tiempo que su memoria lo perturba, junto con sus traumas personales que lo envuelven en una tiniebla neurótica, van surgiendo episodios traumáticos de la historia colectiva de un país, vivida durante los años 70 y especialmente en el Golpe.
Pablo Epstein por desgracia o por gracia del destino tiene que ser intervenido quirúrgicamente y esto es narrado por una voz que parece que repitiera una vez y otra vez los hechos acontecidos como la conciencia misma del personaje:
“Cuando Pablo Epstein conoció a Norman Backhauss, el 28 de enero de 1979, habían transcurrido tres años y cuarenta y siete días de la fecha de su operación, eso que –con alguna pulcritud- hemos llamado intervención quirúrgica, la intervención quirúrgica del testículo derecho de Pablo Epstein, acaecida el 12 de noviembre de 1975…” (p. 13).
Este pequeño acontecimiento trascendental para la masculinidad de una persona adulta que tiene justamente la edad de Cristo lo llevara a iniciar una prolongada terapia con un psicoanalista “lacaniano” de dudosa procedencia llamado Norman Backhauss.
Todos estos acontecimientos anteceden al Golpe del 76, donde el narrador dirá:
“… para enfrentar o, al menos, soportar la ferocidad del golpe militar que encabezaba el general Jorge Rafael Videla, había que tener, decían todos sus amigos, para esto, huevos, es decir, había que ser más duro y más valiente que nunca,…, ¿y cómo habría de tener Pablo Epstein más huevos que nunca si su situación era la contraria, si tenía, precisamente, menos huevos que nunca?” (p.24).
Esta neurosis del personaje Pablo Epstein lo lleva hasta el punto de razonar filosóficamente y psicológicamente el plan macabro llevado a cabo por la Junta Militar:
“…Pensaría Pablo, desplazándose (…) de la psicología a la política, así, pensaría Pablo, el general Jorge Rafael Videla era el inconsciente de la conciencia del capitán Alfredo Astiz, era el inconsciente de la conciencia obediente y debida del capitán Alfredo Astiz al inconsciente fascista del general Jorge Rafael Videla…” (p.60).
Es decir que esta neurosis libresca y sus conocimientos filosóficos y psicológicos lo llevan a Pablo Epstein a analizar con absoluta realidad los hechos que acontecieron en Argentina en ese momento particular.
Si bien el Golpe perturbará aún más la neurosis de Pablo Epstein, cabe aclarar que su generación fue una generación marcada por el compromiso político y la solidaridad con los demás. La ideología del protagonista y de sus compañeros de estudios de la Facultad de Filosofía y de Letras de la Universidad de Buenos Aires, era netamente de izquierda, salvo uno a quien definen como “peronista”. En una reunión entre compañeros se abre un abanico de autores y de pensadores de diversa procedencia, entre ellos nombran a: Socrates, Descartes, Kant, Hegel, Heidegger, Marx, Engels, Benjamin, Fromm, Althusser y Adorno.
El Capítulo IV nos produce un llamado de atención, ya que hay una voz que habla de un “narrador” o de unos “narradores”, y nos deja unas preguntas: ¿Serán estas intromisiones resultado de la conciencia de Pablo Epstein, perturbada por el último Golpe del 76?, ¿Será que esa neurosis sintomática le produjo este devenir incesante de la memoria? ¿Será que Pablo no pudo resistir el Golpe colectivo?
Focalizando en el narrador, podemos manifestar que no se sabe claramente quién es, ni si va a llegar, ni por qué toma notas, ni si es real en el universo de la ficción o en la mente de Pablo. De esta manera, es posible ver cuando el narrador toma notas de lo que dice el personaje principal: “… y (continuó, entonces, Pedro Bernstein) la escribió (a esa frase, Marx, nota del narrador de la narración de la cual forma parte el relato de Pedro Bernstein) en Bruselas, en 1985…” (p. 38).
No sabemos a ciencia cierta por qué la narración se expone como si fuera el devenir de una memoria saturada o que está a punto de explotar. En toda la novela hay un constante fluir narrativo en el que se intercalan distintas voces o una voz, como podemos ver, perfectamente en el capítulo IV:
“…los restantes, escribíamos, personajes, pueden ocupar la centralidad del relato pero nunca el fundamento de la narración, con lo cual, en rigor, estamos estableciendo que la narración se arma por la mediación de sus múltiples relatos…” (p.68).
Esto quiere decir que dentro de la obra hay una conciencia de que alguien está escribiendo la novela, al mismo tiempo que la vamos leyendo. Esto nos lleva a pensar que dentro del relato hay un desdoblamiento del narrador, del cual nosotros, los lectores, somos partícipes durante todo el transcurso de la novela.
Dando un paso más allá, y con precaución, nos atreveremos a arriesgar que sabemos en algún punto del texto quien es el narrador de la novela y por qué esta narración es como un continuo discurrir de una conciencia traumatizada, o tal vez golpeada.
Para empezar a caracterizar este narrador-conciencia, recurriremos a uno de los conceptos propuestos por María Isabel Filinich en su libro La voz y la mirada, (1997), que amplía las nociones propuestas por Gerard Genette. La noción que tomaremos será la de perspectiva, en su segunda acepción:
“… cuestión de la perspectiva hace referencia a dos acepciones habituales en el uso del término: por una parte designa el fenómeno físico de restricción de campo visual en la percepción del espacio, inherente a toda mirada; por otra parte se refiere, en sentido metafórico, a la toma de posición frente a lo dicho, a las apreciaciones, evaluaciones y juicios que muestran el lugar donde se ubica el sujeto de la enunciación. El primero es un fenómeno de percepción, el segundo, un fenómeno de voz.” (p. 27).
En este sentido, podemos afirmar que el narrador que se desdobla en algunas partes de la novela de Feinmann tiene una conciencia histórica e ideológica a través de las cuales nos permite reconstruir o deconstruir los traumas de la vida de Pablo Epstein.
Este narrador, al igual que el personaje principal y los demás personajes, está imbuido de una carga ideológica que pesa durante toda la historia. En este pequeño fragmento podemos ver cómo el narrador hace también una valorización sobre uno de los filósofos más importantes y controvertidos de la historia del siglo XX, estamos hablando de Heidegger, a quien curiosamente Feinmann le dedicará unos años más tarde una novela: “…tal como lo hubiera dicho un filósofo alemán a quien, durante esos años, muchos veneraban, y de quien, pensaría Pablo Epstein, nunca, nadie, había dicho lo que siempre había sido, es decir, un nazi, un vasallo filosófico del Führer,…”. (p. 33).
            De esta manera, vemos claramente que el narrador, al omitir de quien habla, está tomando una clara postura ideológica, que puede coincidir o no con la del personaje principal. El narrador no solo está atravesado por la conciencia política e histórica de su país, Argentina, sino también se ve influido por problemas y acontecimientos de orden mundial, siempre y cuando, al igual que Pablo Epstein, estos temas estén signados por la filosofía.


BIBLIOGRAFIA

Feinmann, José Pablo (2001) La astucia de la razón. Buenos Aires. Grupo Editorial Norma.
Filinich, María Isabel (1997) La voz y la mirada. Teoría y análisis de la enunciación literaria. Puebla México. Editorial Plaza y Valdés.

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