Este breve texto me fue compartido por la mujer que tuvo la dicha de ser elogiada por los versos de Manuel J. Castilla:
Tres coplas para Edith
Al ver la boca de Edith
dejo apenada la rosa
dejenmé que yo me quede
dormido sobre tu boca.
Como la flor del membrillo
tu tez no es blanca ni rosa
pero en tus ojos dormida
la primavera reposa.
Y la flor del durazno
niña abstraída no ves
que se derrama la envidia
por tu hermosura a tus pies.
Manuel J. Castilla - 1973
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