Iglesia, Cristina y Loreley El Jaber (Dir.
del vol.) (2014), Una patria literaria. Historia crítica de la
literatura argentina, Vol. 1, Buenos Aires, EMECÉ (531 págs.)
En el mes de
diciembre del año 2014 fue anunciada la aparición del tomo I de la Historia crítica de la literatura argentina
aunque hubo que esperar a los primeros meses del 2015 para que los ejemplares
circularan por las librerías. Era un volumen hartamente esperado por los
seguidores de la colección porque en él se suponía que se declararía de modo
explícito el plan total de la obra, las decisiones que debió tomar el Director
y sus expectativas sobre el trabajo proyectado once volúmenes atrás.
Tal como era
de esperar desde que el proyecto hizo su aparición en los medios, Noé Jitrik
rubrica la “Apertura” del proyecto y allí hace su declaración de principios
frente a lo que considera literatura, la labor de historiarla y la función de
la crítica. Inmediatamente, las directoras del volumen, Cristina Iglesia y
Loreley El Jaber, retoman la imagen con la que Juan José Saer ficcionaliza el
encuentro de los españoles con el Río de la Plata para ilustrar la empresa de
fundar lo que llaman “Una patria literaria”. Tarea en la que se sienten
comprometidas del mismo modo en el que lo expuso el director del proyecto
total, Noé Jitrik.
En la
“Apertura”, el director del proyecto destaca los desafíos que representó reunir
a los directores de cada volumen y a los redactores bajo un mismo propósito que
implique una lectura crítica que, a su vez, no niegue las historias de la
literatura argentina precedentes y los textos ya consagrados. Implica hacer una
historia sin que ello obligue a seguir un rígido orden cronológico que impida
ver la dinámica del proceso literario.
Las
directoras del volumen tiene una trayectoria que las precede y las avala en la
tarea que Noé Jitrik les propuso, pues ambas se han instalado en el ámbito de
la crítica con publicaciones de sus estudios sobre la literatura de tiempos
hispánicos y del siglo XIX, que han indagado sobre la compleja mirada que
requieren los proteicos tiempos de fundación, tanto en un período como en el
otro. Ellas han convocado a su vez a los redactores de los artículos que
integran los apartados, de acuerdo con la trayectoria que los califica como
especialistas en los temas que abordan y, cuando se revisa sus trayectos
académicos, nos sorprende la variedad de las procedencias en los que se nota la
convocatoria a distintos centros de investigación de un país dilatado y diverso
pero que ha crecido en el campo de los estudios académicos.
El volumen
se estructura en base a cuatro partes: “Desplazamientos”, “Ensayos y
representaciones”, “Escritores” y “Lenguajes y saberes”. La primera reúne tres
artículos, dos dedicados a los textos que dan cuenta de la exploración del Río
de la Plata y la Patagonia y el último sobre un clásico de los textos
coloniales, El Lazarillo de ciegos
caminantes.
“Primeras
imágenes del Río de la Plata. Colonialismo, viaje y escritura en los siglos XVI
y XVII” está a cargo de una de las directoras, Loreley El Jaber, que despliega
su conocimiento sobre los textos que fundaron una imagen literaria del Río de
la Plata. El artículo siguiente es “La Patagonia: viajeros al confín de los
infortunios”, redactado por María Jesús Benites, quien desde la Universidad
Nacional de Tucumán se ha dedicado a los textos de la exploración de dos
regiones tan distantes como enigmáticas, la amazónica y la magallánica.
El ameno
libro del misterioso Concolorcorvo fue abordado por Mariselle Meléndez en el
artículo “Espacio, historia e ilustración en
El Lazarillo de ciegos caminantes”. La autora trabaja en la Universidad
Illinois y se ha especializado en los textos de la colonia hispanoamericana con
numerosas publicaciones específicas.
La segunda
parte, “Ensayos y representaciones”, propone, a través de seis artículos, un
recorrido de los escritos que tematizan un período histórico que comprende
desde la crisis del orden colonial hasta el gobierno de Juan Manuel de Rosas,
prestando atención a la expresión lírica, teatral, periodística y a los
discursos políticos.
“Neoclasicismo
y nación (1806 – 1827)” fue escrito por Susana Poch, discípula del famoso Hugo
Achugar y profesora de Literatura Argentina en la U.B.A.; toma el período en el
que la expresión literaria aún respondía a la estética peninsular pero con una
temática que exaltaba los aires revolucionarios.
Martín
Rodríguez, un especialista en la historia del teatro argentino y
latinoamericano, asumió la tarea de dar cuenta del “Teatro en Buenos Aires
(1783 – 1825)”, desde la apertura del pionero teatro de la ranchería hasta la
gobernación de Juan Manuel de Rosas. En su estudio presta atención tanto a las
puestas en escena como a los temas tratados, según los cambios sociales y
políticos, al público que asistía y a la crítica que recibieron en aquellos
tiempos.
En el
apartado “Escritores”, hay cuatro estudios sobre autores particulares, desde la
colonia hasta la instalación del romanticismo. El primero, “Luis de Tejeda y
Guzmán y su Babilonia de las Indias”, está a cargo de la Dra. Beatriz Colombi,
docente e investigadora del Instituto de Literatura Hispanoamericana de la
U.B.A. Realiza una revisión cronológica del tratamiento que recibió el primer
poeta argentino en la investigación crítica y los sitúa en relación con su
revalorización a propósito del centenario y del bicentenario del proceso
independentista.
El docente e
investigador especializado en la literatura gauchesca Pablo Ansolabehere encara
el estudio de “Hidalgo: autor y personajes”, en el que destaca la importancia
de Bartolomé Hidalgo como autor de una obra y fundador de un género con tanta
vigencia en nuestra literatura.
La Dra.
Claudia Roman, docente de las cátedras de Literatura Argentina I y II de la
U.B.A., aborda a un fraile pionero del periodismo crítico y la prensa satírica en el artículo “Un misticopolítico, panfletista en el Año
Veinte: Francisco de Paula Castañeda”. En su estudio traza un recorrido
cronológico por la producción periodística del fraile y su importancia para el
afianzamiento del género y para la construcción de un imaginario sobre el
rosismo.
El último
artículo del apartado está a cargo de una de las directoras del volumen,
Cristina Iglesia, que hace un despliegue sobre su conocimiento de las letras
decimonónicas para ubicar al introductor del romanticismo en la Argentina.
“Echeverría: una patria literaria” revisa la construcción que hizo la crítica
de la figura de Esteban Echeverría como un fundador de una imagen de país y no
sólo de una literatura.
La última
sección del libro, “Lenguajes y saberes” se inicia con un estudio de la Dra.
Elena Altuna –docente e investigadora de la Universidad Nacional de Salta, especializada
en las letras coloniales- en el artículo “Los contactos interétnicos y sus
representaciones en los escritos de la conquista espiritual” sintetiza de modo
muy conciso un amplísimo recorrido por los archivos que atesoran las letras
coloniales desde el siglo XVI al XVIII, para dar cuenta del esfuerzo de
comprensión de los intelectuales de la época sobre un horizonte del mundo que
se expandía rápidamente.
La Dra.
Graciela Baticuore –investigadora de la U.B.A. y del CONICET- se detuvo a
estudiar la transición entre el siglo XVIII y XIX en el campo de las lecturas
sus espacios y participantes, en un artículo titulado “Sobre legislaciones y
prácticas: libros, lectores y bibliotecas entre dos siglos (Buenos Aires,
1754-1819).
La Dra. en
ciencias Naturales de la U.N. de la Plata Irina Podgorny da una mirada sobre la
producción de conocimiento y su administración en el campo del naturalismo, en
un período de medio siglo, bajo el sugestivo título “De los sapos, curas,
culebras, tipógrafos e ingenieros. La historia natural y la burocracia del
saber en la América meridional (1790–1840)”.
El último
artículo de este volumen de la Historia
crítica, “Pedro de Angelis y las primeras ediciones modernas de textos
coloniales rioplatenses”, está a cargo de
la Dra. Amanda Salvioni, quien revisa el trabajo pionero del primer
archivista oficial de la Argentina que construyó el corpus inicial de letras
coloniales como parte del programa cultural del gobierno de Juan Manuel de
Rosas.
El libro se
cierra con un “Epílogo”, redactado por el director de la colección, el
reconocido Noé Jirik, en el que se completa la formulación del proyecto total
de la obra, presentado en la “Apertura” del mismo volumen.-
Rafael Fabián Gutiérrez
Profesor Adjunto
Cátedra de Literatura argentina
Universidad Nacional de Salta
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