lunes, 23 de junio de 2014

PARA PENSAR LA REGIÓN

CONFERENCIA DE RAÚL DORRA PARA PENSAR LA REGIÓN En septiembre de 2012, el narrador y ensayista estudioso de las teorías literarias Raúl Dorra brindó una interesante conferencia en el Complejo de Bibliotecas de nuestra provincia. Radicado en México pero oriundo de San Pedro de Jujuy, visitó el NOA y propuso a su auditorio una serie de “acercamientos” para pensar lo regional. A continuación, compartimos las reflexiones suscitadas: • Podemos acercarnos a la región desde lo conceptual o estrictamente etimológico: región, régimen, regencia… En el campo semántico, a veces se confunde el término con los de “pago” o “nación”. El término “región” se utilizó por primera vez en el campo de la Geografía. Su sema principal, la naturaleza, posibilitaba la clasificación de regiones a partir de lo geográfico. El geógrafo determinaba cuál era el rasgo que definía la región. En simultáneo, en cada región geográfica hay otras regiones dentro, por lo que la región se convierte en tema obligado para la Geografía Social: del territorio geográfico al territorio del espíritu. Cabe preguntarnos, entonces, si la naturaleza sigue determinando hoy la región, o si se trata más bien de una diálectica cultura-natura. Consideremos que en una región cabe tanto lo dado como lo construido; así es como existen clasificaciones que privilegian lo natural y otras lo cultural. Si el punto de vista determina la región, regionalizar implicaría establecer articulaciones y organizaciones. ¿Quién regionaliza y quién resulta regionalizado ante cada mirada? Hablar del NOA implica que pensemos en algo que trasciende lo meramente cartográfico. Existen rasgos míticos que atraviesan, incluso, cuestiones económico-sociales. La Literatura resulta de sumo provecho para reflexionar respecto del NOA como región. El maestro Juan Alfonso Carrizo recorrió sus zonas más alejadas y recopiló cancioneros, configurando un “folklore afirmativo” (en palabras de Dorra). Debemos tener en cuenta que a partir de 1890, la explotación de la tierra y los intercambios comerciales de nuestra región sufrieron un giro clave, y para Carrizo resultaba vital recoger las canciones de una cultura que estaba desapareciendo. En estas compilaciones se relevan dichos valores culturales, fuente indispensable para pensar en el NOA como región, determinada, en última instancia, por la memoria. Carrizo se desenvuelve en el marco de la antinomia memoria/olvido, combatiendo a este último y configurando al NOA como la región de la resistencia y la memoria. Dorra señaló, no obstante, que Carrizo reivindica la hispanidad como “la” cultura por excelencia; es por eso que se nutre, también, de recopiladores españoles como Rodríguez Mariño y Menéndez Pidal. En tanto se erige mero observador, el estudioso resulta conservador para Dorra. Por otro lado, el poeta y militante Atahualpa Yupanqui resulta observador y protagonista (estuvo exiliado). Configura un “folklore de impugnación y de denuncia” ya que problematiza la antinomia campo/ciudad, considerando a Buenos Aires como el foco urbano por excelencia, y presentando, así, a las regiones restantes como saqueadas. • También podemos acercarnos a la región desde la focalización y aplicación del término: así, lo regional se encuentra en estrecha relación con lo universal. De lo universal a lo local y de lo local a lo global. La autorreferencialidad se contempla en el verso: por ejemplo, en el Martín Fierro <>, enunciado antitético de la fórmula ritualizada <>, en tercera persona, allá lejos y hace tiempo. Dorra señaló que el antropólogo Levi-Sträuss explicó el mito de Edipo aplicado a la historia de Brasil, lo que demuestra que el mito de una determinada región puede explicar el mito de otra, incluso distanciada espacial y/o temporalmente, pues comparten una misma “gramática”. Lo universal se aloja en lo particular así como también las particularidades están regidas por leyes universales. El cancionero español posee rasgos universales que se irradian a otros lugares del mundo, y esto funciona en la copla norteña así como también en tantos otros lugares. El inicio de la situación enunciativa parece universal: <>; <>; <> Instala al “yo” (el cantor, elemento fijo) y al interlocutor, su auditorio (elemento móvil). Este auditorio puede estar conformado por un grupo de personas que comparte los valores del cantor, o, más bien, que se distancia y considera el cantar como alegato. A Cosquín, Córdoba, asisten copleros, rockeros, tangueros… con sus particularidades que, a su vez, encuentran unión bajo lo nacional. Las regiones se intersecan; no hay purismo posible ante semejante permeabilidad. Estos cruces culturales pueden crecer y trascender la Nación. Muestra de ello son los festivales internacionales de payadores, por ejemplo.

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